Somos FCC - Nº18

vo restaurante, un spa y una piscina. Por otro lado, se han habilitado de 40 habitaciones singulares ubicadas en la zona noble del Parador y la reha - bilitación del patio sur, sin renunciar a la monumentalidad histórica del edificio principal. Lugar de refugio y templo de los peregrinos El Hostal de San Marcos, que ya de por sí desprende un eclecticis- mo particular por la fusión de todos sus componentes y ornamentos platerescos, mudéjares, flamígeros, lombardos y toscanos, propios del momento histórico en el que se fa- bricaron sus cimientos, demuestra el poderío del imperio español de la época y se fusiona con las modernas y minimalistas estructuras incluidas en su renovación. Su actualización se ha llevado a cabo bajo la premisa de transformarlo en un espacio ca- racterizado por los mejores estánda - res del siglo XXI, convirtiéndolo no solo en un hospedaje, sino también un museo, pues también alberga el Museo Arqueológico de la localidad, llevando a cabo a su vez la restau - ración de valiosas obras de arte que ya se encontraban en el complejo, como el techo de madera de Lucio Muñoz que corona el atrio; o el ar - tesonado del siglo XVI de la Sala Capitular. Declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento des- de 1845, se encuentra dentro de la zona que abarca el conjunto histórico del Camino de Santiago francés, de- clarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1993. Por tanto, el Parador de San Marcos se- guirá cumpliendo con su función ini- cial, entre otras, de hospedar a todas aquellas personas que se dispongan a realizar el Camino de Santiago. Una gran historia que data del me- dievo Las vidas del Parador de San Mar- cos han sido muchas hasta la fecha. El comienzo de su actividad data del medievo, concretamente del siglo XII, cuando fue concebido como pe- queño convento, haciendo también las veces de hospital, para peregri- nos y feligreses, al mismo tiempo que se pensó como residencia prin- cipal de la Orden de Santiago en el Reino de León. Siglos más tarde, se demolió y en 1514, Fernando el Ca- tólico dio paso a una nueva obra, con los arquitectos Juan de Orozco, Mar - tín de Villareal y Juan de Badajoz el Mozo como principales diseñadores tanto de interiores como de exterio- res, en las que los escultores Guillén Doncel o Juan de Juni también deja- ron su sello. Los inicios del estilo renacentista español son palpables en su impo- nente fachada principal, la parte más sugerente y, seguro, la más fotogra- fiada del complejo histórico, artístico y cultural, donde, hoy en día, se pue- de disfrutar de una fabulosa estancia con todas las comodidades y de la esencia de siete siglos de historia, además de un espacio culinario con el chef segoviano Agapito Cristóbal y su equipo al frente de los fogones, en el que se ofrece una carta tradicional con una gran variedad de creativos e innovadores platos, basados en pro- ductos de la tierra, como la cecina y la morcilla, o la ternera de Riaño. El pueblo tuvo que esperar hasta la llegada de Carlos I de España para poder poner la primera piedra de sus cimientos. Primero, el único lienzo de la fachada principal con muro de dos cuerpos en dos pisos, con sus esculturas y arabescos, hasta llegar a la amplia iglesia y sa- cristía, dejando a un lado un parón en las obras de casi cuatro décadas, E L L U G A R 52 E L L U G A R

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